Kike tiene 6 años y entra en la consulta con una sonrisa de oreja a oreja. Bueno, con una sonrisa y una especie de costra pegajosa en la cabeza, en concreto en el cuero cabelludo de la región temporal izquierda, que supura al apretarlo, de unos 4 cm.
Los padres nos explican que empezó hace unas 3 semanas. Al principio tenía otro aspecto (estaba rojo y descamaba) y le pusieron un corticoide tópico en solución. Inicialmente parecía que iba mejorando, pero a los 5 días advirtieron que ya presentaba una costra adherida en toda esa zona, algo dolorosa al tacto, supurativa. No tenía otras lesiones parecidas, ni en la cabeza ni en el resto del cuerpo, pero sí pudimos palpar unas adenopatías preauriculares y laterocervicales de pequeño tamaño. Cuando estiramos suavemente unos cuantos pelos de la zona afectada, estos se desprendieron con gran facilidad.
Aparte de este “problemilla capilar”, Kike no tiene alergias a ningún medicamento y es un niño sano con las vacunaciones al día. Nos explica que tiene contacto esporádico en casa de sus abuelos con perros y caballos. Ah! Y tiene un hermano de 10 años quien no tiene nada raro en la piel. Seguro que el diagnóstico ya lo sospecháis, así que vamos a las preguntas. ¿Empezamos tratamiento o hacemos alguna prueba antes? ¿Qué tratamiento es más adecuado en un niño de esta edad? Y la pregunta del millón: ¿Puede Kike ir al cole mañana? ¿Y la semana que viene? ¿Y la otra? Bueno, intentaremos resolver estas cuestiones y alguna otra: