El fenómeno "miembro fantasma" se experimenta en aquellas personas que presentan miembros amputados. Estas personas todavía pueden sentir la presencia de los dedos, las manos, los brazos, los pies o las piernas, e incluso sentir dolor en las zonas donde tienen las partes amputadas. Hasta hace poco, la ciencia no tenía explicación para este fenómeno.
Este fenómeno se manifiesta en el 80% de los afectados. Ellos manifiestan tener la impresión de que la extremidad amputada permanece unida al cuerpo y funcionando de forma normal, por lo que pueden percibir cualquier tipo de sensación, desde sensaciones placenteras hasta picores.
¿Por qué se produce?
Algunas personas sufren este síntoma poco tiempo después del trauma o la cirugía, en cambio, otros necesitan tratamiento y terapia. Las causas del fenómeno permanecen en discusión. Los expertos descartan un origen psicológico de la dolencia y discrepan sobre su persistencia, pero las últimas investigaciones sitúan su origen en el cerebro, donde las áreas conectadas neurológicamente a los nervios de la zona del miembro amputado generarían las sensaciones coherentes con los estímulos que ya no reciben.
En la Universidad de Oxford han logrado examinar el cerebro de personas que ha sufrido amputaciones y observar qué cambios se producen tras la pérdida de una extremidad, todo ello empleando resonancia mágnetica de ultra alta resolución. La observación del cerebro con este grado de detalle ha revelado que el cerebro de las personas amputadas conserva un mapa increíblemente detallado de la extremidad que les falta. La existencia de este mapa detallado de la extremidad amputada podría explicar en parte el fenómeno del miembro fantasma.
¿Tiene tratamiento?
Sí. Uno de los tratamientos que más se está empleando para disminuir el dolor es la "Terapia del espejo". En esta terapia, el paciente debe mover su miembro superior sano, al mismo tiempo que observa el reflejo de este movimiento en un espejo colocado en vertical en el lado del miembro afectado, quedando este último tapado, fuera de su campo visual. Al verlo en el espejo, el paciente percibe el movimiento como una acción realizada por el brazo afecto, es decir, produce una ilusión y las neuronas interpretan este movimiento como si fuera la mano paralizada.
El autor de la terapia defiende que ésta resulta ser beneficiosa en aproximadamente el 10% de los pacientes. La fundamenta en el sistema de neuronas espejo, las cuales se activan a nivel cortical al observar la ilusión de movimiento, ayudando a mantener y aumentar la representación cortical del miembro afectado.
Tratamiento cognitivo-conductual
Este tipo de tratamiento se ha mostrado eficaz en un amplio número de síndromes de dolor crónico, desde las cefaleas idiopáticas, lumbagias, dolor musculoesqueletal, dolor de miembro fantasma y otros síndromes por desaferenciación, sin dejar de lado el dolor producido por cáncer.
Estos tratamientos psicológicos deben aplicarse, preferentemente, en un contexto multidisciplinar, integrados con el tratamiento médico, generalmente anestesiológico, del síndrome.
El tratamiento cognitivo-conductual es el procedimiento terapéutico que, a día de hoy, ha demostrado más ampliamente su eficacia en el abordaje psicológico del dolor crónico, cuyo objetivo es que el paciente afronte del modo más adecuado posible el impacto que el dolor tiene en su vida. De este modo, se consigue que el dolor produzca el mínimo posible de interferencia en ella. Esto le permitirá recuperar su vida personal, social, profesional, en la medida de lo posible según el síndrome de dolor, y, obviamente, sentirse útil y valioso, con la consiguiente mejora de su estado de ánimo. Este aumento de actividad y afrontamiento adecuado del problema facilita, como es conocido, que los sistemas naturales de modulación del dolor operen de forma más efectiva, con la posterior mejora en el dolor percibido.
¿Conoces a alguién que haya padecido este síndrome? Cuéntanos la experiencia ya que puede ayudar a otras personas a que se sientan identificadas y busquen ayuda.