La medicina moderna hace posible, que estos niños sean tratados y rehabilitados y puedan atender escuelas normales, estudiar y - de acuerdo a las circunstancias - puedan llevar una vida independiente y autodeterminada. A pesar de todo en Rumania hay muy poco dinero y la gente es muy pobre para poder pagar por estos niños de ahorros propios.
Anualmente, nacen cerca de 600 niños con hidrocefalia, quienes son abandonados sin tratamiento en hogares para niños por la mayor parte o mueren en sus propias casas. Hace apenas unos años, a estos niños se les conocía como "vegetales", sin ningun derecho a vivir. La educación de la sociedad es practicamente inexistente y la actitud hacia la enfermedad es similar a lo que era hace 60-70 años en Europa Occidental. Estos niños necesitan - como cualquier otro niño - tratamiento adecuado, rehabilitación y atención, a menudo por mayores periodos de tiempo.
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